¿Tu puta madre o tu macho padre?

Por Emmanuel Álvarez Brunel.

El día 8 de diciembre, ejerciendo nuestro derecho humano a la protesta, nos reunimos en el centro de la ciudad de México. Éramos alrededor de 60 personas protestando contra el alza a la tarifa del metro, cuyo aumento representa una traición a lxs usuarixs de dicho transporte público.

Partimos de la avenida Eje central con Francisco I. Madero gritando consignas y portando carteles y lonas. Caminamos en dirección al zócalo recibiendo en todo momento el apoyo de la gente que nos veía caminar. Muchas personas gritaron con nosotrxs y alzaron los puños o nos aplaudían sintiéndose identificadas con la indignación que mostrábamos.

Fue a unos metros del zócalo que encontramos una hilera de más de 20 policías que custodiaban la entrada a la plaza central, donde yace el árbol de navidad de Coca-Cola (que goza de más seguridad que cualquierx ciudadanx del Distrito Federal). Lxs policías nos negaron el paso y llamaron patrullas para detenernos. La gente empezó a gritar “¡Déjenlos pasar!” y a solidarizarse. Ante la pregunta “¿Por qué no nos dejan pasar?” la respuesta “Son órdenes de nuestros superiores”.

Al ver que la llegada de más policías era inminente, dimos media vuelta y partimos hacia Bellas Artes, seguidxs por policías, quienes tenían la intención de encapsularnos (lamentablemente para ellxs su condición física se los impidió).

Frente al Palacio de Bellas Artes creímos que era buen momento para detenernos y dar fin a la manifestación y que lxs policías se retiraran. Pero dichos personajes, últimamente más temidxs que lxs propixs delincuentes, decidieron empujarnos y agredirnos. Varixs gritamos enojadxs que lxs policías nos estaban atacando por protestar y cuando tiraron a una mujer que abrazaba a una niña de aproximadamente 6 años, la niña comenzó a llorar asustada. Intentamos frenar a la policía. Uno de ellxs me dijo: “A ver putito, te vamos a agarrar, para que dejes de andar gritando”. Me agarró del brazo. Afortunadamente dos compañeros me abrazaron y jalaron hacia atrás. De todas maneras varixs sufrimos golpes. Recibimos puñetazos debajo de las costillas y algunas patadas, otras personas fueron tiradas al piso y sufrieron de rodillazos, jaloneos e intentos de arresto.

Huimos por la Alameda Central. Pero al acercarnos al monumento a la Revolución, donde acampan lxs maestrxs de la CNTE, lxs policías se detuvieron.

La rabia de todxs era clara. Causa impotencia vivir en una ciudad donde lxs policías son seres brutxs que no trabajan en favor de la población, por el contrario en perjuicio de esta.

Al comentarles lo sucedido a algunxs compañerxs la expresión “¡Hijos de su puta madre!” se hacía constante. Lo cual me llevó a la siguiente reflexión que quisiera compartir: ¿Es correcta la expresión “Hijxs de su puta madre” para referirse a lxs granaderxs? ¿Realmente una puta daría como resultado este tipo de súbditxs del sistema, siervxs del capital y de lxs poderosxs? ¿No serán estxs seres domadxs por la violencia y el poco raciocinio hijxs del “macho padre”?

La pregunta entonces es ¿cómo se forman estos cuerpos policiacos que pierden toda humanidad y toda capacidad de empatía con lxs oprimidxs para servir a lxs opresorxs?

Me niego rotundamente a creer que estos seres arrogantes, sexistas, insensibles, represorxs, golpeadorxs sean hijxs de alguna puta.

Parece que quienes usan “puta” como insulto no saben que las putas son mujeres que se rebelan contra el sistema, que resisten contra las normas que regulan su cuerpo, su sexualidad y su identidad. Una puta se apropia de su cuerpo en una sociedad donde el cuerpo femenino es propiedad de los cuerpos masculinos, se cosifica. Así es que socialmente se normalizan los piropos, las miradas sobre los senos, las nalgas, las piernas, se consumen imágenes de mujeres con poca ropa. Los cuerpos femeninos están a disposición del cuerpo masculino. Esto tiene como consecuencia la naturalización de distintos tipos de violencia hacia las mujeres y lo femenino.

Por esto una puta lucha y resiste por mantenerse libre. Entonces me parece insensato creer que ella pueda educar esclavxs, capaces únicamente de obedecer a quiénes tienen el poder.

Sigamos con la segunda opción, que me parece la más acertada: el padre macho. Es más lógico creer que esta figura de autoridad esté detrás de la brutalidad de nuestros “defensorxs de la seguridad capitalina”, este hombre arrogante que “educa” con el puño, con las miradas de reprobación, que somete a quienes considera inferiores a él.

El padre macho es la figura de autoridad en la casa, lo que obliga al resto a relacionarse de manera jerárquica, pone las reglas e impone los castigos, no sabe mantener el orden más que con violencia. Mantiene su lugar de poder sometiendo a lxs demás, por eso cuando ve algún acto de rebelión lo detiene inmediatamente, porque en el fondo tiene miedo.

Pensar este modelo micro de organización social nos lleva a identificarlo en diferentes espacios y niveles, pues esta forma vertical de obedecer es una estrategia para mantener el sistema de explotación funcionando sin errores. De tal forma que cada persona y cada lugar de convivencia tenga una autoridad que observe y reprima.

Entre la puta madre y el macho padre veo sólo diferencias. La primera representa valor, libertad, dignidad, fuerza, cooperación; el segundo poder, violencia, sometimiento. La primera incomoda, es un insulto, el segundo causa admiración y respeto, pues se acopla a las órdenes del sistema de producción.

En fin, no tengo más dudas, el macho padre está detrás de todo esto. Por eso, en los próximos días, mientras salgamos a protestar contra el alza a la tarifa del metro, las reformas estructurales, la Ley AntiProtesta (y lo que se acumule en la semana), si llegan lxs policías a reprimir les gritaré con toda mi rabia: ¡Hijxs de su macho padre!Imagen

7 comentarios en “¿Tu puta madre o tu macho padre?

  1. Por favor, soy lectora frecuente de sus publicaciones pero es complicado leerlo en ese fondo rosa con letras negras, por favor, por favor, podrían modificarlo?

  2. Te faltó cambiar «derecho humano» por «derecha humana», eso debería ser la cosa correcta (viste como no dije «lo correcto» porque eso es fomentar el lenguaje patriarcal) para erradicar el machismo de nuestro idioma (o mejor usar «nuestra lengua»).

  3. Muy al contrario de lo que tu entrada dice no todas las putas son rebeldes, en la mayoría de los casos son mujeres oprimidas e incluso privadas de su libertad que no ejercen su libertad sexual sino al contrario que son obligadas a prostituirse solo para placer de los hombres. Lo que sucede es que el termino «puta» se usa de manera indiscriminada.

  4. Me gusto la reflexión, a veces juego así con mi pareja, pero en este sentido de reflexión, lo mismo sucede con los genitales, la «verga» es femenina o masculina, sin embargo «el pito» es masculino, por lo tanto sus genitales son «andròginos» o «hermafroditos»????

Deja un comentario